En 1984 el dúo formado por Borja López de Guereñu y Javier Maculet firman un disco fantástico con aromas a DÉCIMA VÍCTIMA, VIOLENT FEMMES, PSYCHEDELIC FURS o ULTRAVOX. Demasiado pop para la incipiente escena de Rock Radical Vasco que empezaba a gestarse en Euskadi en esos años, demasiado punk y oscuro para los reflejos flúor y coloristas de la Movida madrileña. El grupo lo deja poco después, la compañía cierra tras algún proyecto fallido, y el disco se convierte en pasto de coleccionistas.
En la primera parte de la década de los 80, Bilbao tuvo su propia movida. No tan publicitada como la madrileña, no tan amparada por instituciones como la gallega (más bien al contrario) pero igual de rica… o más. Cómo Huele! eran jóvenes, despreocupados, divertidos, modernos y guapos. Podían haber nacido en Londres y habrían llenado horas del Top of the Pops y acaparado las páginas de la prensa musical desde el NME al Smash Hits con su punky pop al estilo pegamoides que ellos bautizaron como “Tulipunk Funk”, pero nacieron en, el entonces gris, Bilbao.
Cadáveres flotando por los pasillos de un hotel inundado, ofrendas florales en campos de concentración, gobiernos manipuladores, ángeles vengadores, rockabillies electrónicos a lo Suicide, ecos de punk, new wave, tecno, vanguardia, mucha vanguardia…