Los voluntarios del festival OH son de varios tipos, pero todos con espíritu de colaboración y conciencia de hacer algo importante para la arquitectura y la ciudad: el arquitecto que explica su propia obra, un 85% estudiantes de arquitectura, pero también de otros ámbitos, los propietarios de los edificios, etc.
Es fundamental su implicación durante el festival, desde gestionar colas y listas, si son arquitectos a explicar el edificio, y en una etapa previa al festival a elaborar materiales para su correcta difusión.
Las dos universidades públicas de arquitectura (La de Barcelona la del Vallés) proporcionan la mayoría de los voluntarios, la organización del festival contacta con los jefes de estudios, muchos voluntarios se enteran por sus compañeros, algunos se enteran de dicho evento vía email. Muchos se hacen voluntarios por los créditos de libre elección obtenidos en las diferentes tareas de colaboración del festival.
Los voluntarios son distribuidos y asignadas sus tareas por los organizadores del evento. Entre los diferentes tipos hay los que ayudan durante el fin de semana del festival, los coordinadores de zona pendientes de los problemas que puedan surgir. Los voluntarios que explican los edificios y hacen las visitas guiadas y los voluntarios que al pie de la calle controlan la entrada de la gente si hay mucha o al contrario son los que hacen la difusión del proyecto a los ciudadanos que pasan por allá.
Hay voluntarios que han colaborado en una parte del proceso del festival, como los difusores del proyecto en el ambiente universitario.
En algunos destinos especiales como podrían ser instalaciones técnicas (el Supercomputador de la UPC o el depósito de retención de aguas del parque Joan Miró, son un ejemplo), había ingenieros especializados que presentaban las visitas.
El festival se cerró con una fiesta de homenaje a los voluntarios y participantes, hubieron discursos, música, danza, algo para picar y cerveza.